Génesis 12:1-20
Su nombre es Abram en Génesis 12. Dios le dijo después, “Y no se llamará mas tu nombre Abram sino que será tu nombre Abraham porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes”. Génesis 17:5. Dios le había hablado antes y le hizo algunas maravillosas promesas: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré, y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Génesis 12:2-3.
El Señor le había hecho estas promesas a Abraham, cuando él vivía en Ur de los caldeos. Sabemos en Hechos 7:2 que “El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán”. Sir Leonard Wooley hizo un descubrimiento arqueológico de Ur hace 80 años atrás, donde encontró casas de baños, teatros, estadios de deportes y templos. La gente de Ur adoraba la luna. Fue en tal lugar que Dios llamó a Abraham y le hizo estas promesas.
Pero había una condición. Se expresa en Hechos 7:3 y Génesis 12:1.”Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”.
El escritor de Hebreos es amable cuando dice, “Por la fe Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia y salió sin saber a dónde iba”. Hebreos 11:8. La verdad es que la obediencia de Abraham era parcial. Sí dejó su ciudad de Ur, pero su padre Tera y su sobrino Lot fueron con él. Génesis 11:31. Viajaron casi 900 millas al noroeste de Ur hasta Harán. Sin duda fue un viaje tedioso y difícil. Su destino final era desconocido. Sin embargo, pusieron una tienda en Harán y vivieron allí hasta que el padre de Abraham murió. Algunas veces hace falta un funeral para que algunas personas se muevan por fe. Y Abraham viajó al confiar en el Señor a la edad de setenta y cinco años.
El Dios que se le apareció a Abraham en Ur de los caldeos, se le apareció otra vez en la tierra de Canaán. Dijo, “A tu descendencia le daré esta tierra”. El patriarca había alcanzado su destino. Llegó a la tierra que Dios le había prometido mostrarle. Abraham respondió al construirle un altar al Señor. Leemos después, “Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente, y edificó allí altar a Jehová e invocó el nombre de Jehová”. Génesis 12:7-8.
Pero su viaje todavía no estaba completo. Este patriarca que ahora era un pelegrino, continuó su viaje, “partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.” Génesis 12:9. “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como tierra ajena, … porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Hebreos 11:9-10.
Señor, no tenemos una ciudad permanente aquí. Este mundo no es nuestra casa. Somos pelegrinos que estamos de paso. Nuestra esperanza es en ti y solo en ti. Gracias por tu fidelidad a todas las generaciones, incluso la nuestra. En el nombre de Jesús. Amén.
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