Si solo naciste una vez, morirás dos veces. Sin embargo, si naciste de nuevo dos veces, no morirás más de una vez. Sigue leyendo y entenderás.
Cuando Jimmy Carter se postulaba para presidente en 1976, hizo una declaración sorprendente. Él dijo que había nacido de nuevo. En toda la nación la gente se preguntaba “¿De qué está hablando?”.
Desde entonces el término “nacer de nuevo” se convirtió en una expresión común. Ahora, no es poco común que se le pregunte a los candidatos presidenciales “¿Usted nació de nuevo? Antes de Jimmy Carter es dudoso que se le haga a alguien esa pregunta que aspire a la oficina presidencial.
Charles Colson se convirtió en una figura conocida nacionalmente debido al Watergate. Nació de nuevo mientras estaba en la prisión, y escribió un best-seller titulado “Nacido otra vez”.
Le preguntaron a Ronald Reagan “¿Nació usted otra vez?” Él contestó, “Depende de lo que usted quiere decir con nacer otra vez”. ¿Qué significa nacer otra vez? Para la respuesta a esa pregunta debemos ver el tercer capítulo del evangelio de Juan.
Nicodemo
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos”. Juan 3:1. Primero y ante todo él era un fariseo, un hombre religioso devoto a la ley de Moisés. La característica sobresaliente de un fariseo era su actitud de creerse moralmente superior.
Jesús describió a un fariseo en la siguiente parábola. “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”. Lucas 18:9-12.
Ya que Nicodemo era un fariseo, él creía en Dios. Participaba en la adoración en el templo, parado, y oraba (con él mismo). Se esforzaba para establecer su propia rectitud, era un hombre con moral, que no se dejaba llevar en los repugnantes pecados del día. Ayunaba al menos dos veces por semana, y era generoso, al diezmar.
De acuerdo a Juan 3:10 él era “maestro de Israel”. Se cree que Nicodemo era un maestro de la ley. A los ojos de otros el parecía ser un judío ideal, educado, moral, y rico. Y aun así a él es a quien Jesús le dijo “debes nacer otra vez”.
La necesidad del nuevo nacimiento
Nicodemo era consciente de los milagros que Jesús hacía. Fue a Jesús en la oscuridad de la noche y le dijo “Rabí sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, sino esta Dios con él…”. Juan 3:2. ¡Qué tipo tan bueno! Se dirigió al modesto carpintero como “Rabí”. Reconoció que Jesús era un buen maestro del lado de Dios. Respetaba al Señor Jesús.
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto, te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar al reino de Dios”. Juan 3:3-5.
Obviamente, este anciano maestro de Israel no entendía lo que Jesús estaba hablando. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. 1 Corintios 2:14.
Una cosa fue clara: si Nicodemo no nacía otra vez el no vería o entraría al reino de Dios. Es difícil encontrar una mejor persona no regenerada que este fariseo. Si alguien fuera al cielo basándose en creer en Dios y las buenas obras y morales, el candidato más probable para entrar sería alguien como Nicodemo. Pero él necesitaba nacer de nuevo.
Nacer del agua
¿Qué quiso decir Jesús cuando mencionó “nacer de agua”? Existe una diferencia de interpretación entre los maestros bíblicos. La interpretación más escandalosa es sudor. Si quieres ir al cielo, debes trabajar duro para Dios. Debes trabajar con sudor por el reino de Dios. Si aplicamos esta enseñanza a Nicodemo, él hubiera calificado para entrar al reino de Dios.
Segundo, algunos piensan que el agua es bautismo. Si esto es verdad, entonces el bautismo es una condición para la salvación. Están aquellos que usan este versículo para enseñar la regeneración bautismal. Si su interpretación es correcta (y no lo es) entonces Juan necesita volver a escribir las promesas de salvación eterna en este evangelio. Juan 3:16, 36; 5:24; 6:47.
Tercero, una creencia popular es que el agua es la Palabra de Dios. Si vamos a comparar Escritura con Escritura, esa interpretación tiene sentido. “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. 1 Pedro 1:23. Sin duda nacemos otra vez por medio de la palabra de Dios. Nadie puede nacer otra vez apartado de Su palabra. En efesios 5:26 leemos sobre “lavamiento del agua por la palabra”. Este es un fuerte debate, pero hay un desacuerdo respetuoso.
Jesús explicó el significado de Juan 3:5 en Juan 3:6. “Lo que es nacido de la carne; de la carne es, y lo que es nacido del Espíritu, del espíritu es”. El agua debería interpretarse es su contexto. Nicodemo hablaba sobre el vientre de una madre en Juan 3:4. El agua es agua, el fluido amitótico en el cual nacen los bebés. Durante el embarazo el embrión humano está rodeado de agua. Eso que e “nacido de agua” (versículo 5) “nace de la carne”. (Versículo 6). Cada bebé recién nacido nace del agua. Nos habla de nuestro nacimiento físico.
Todos nacieron mal la primera vez, al nacer en pecado.”He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”. Salmo 51:5. Necesitamos nacer bien, nacer del Espíritu.
Nacer del Espíritu
Aquellos que nacen del Espíritu, nacen otra vez, de arriba, de Dios. Esto es algo que Dios hace claramente, algo que los seres humanos carnales no pueden hacer.
Jesús explicó el segundo nacimiento a Nicodemo, al contar una historia del Antiguo Testamento la cual él conocía. “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel en que en él cree, no se pierda mas tenga vida eterna”. Juan 3:14-15.
Los hijos de Israel habían pecado en el desierto. Dios envió serpientes venenosas entre ellos. A algunos los mordieron y murieron. Con la dirección de Dios, Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un palo. Cualquiera que mirara a la serpiente viviría, cualquiera que no la mirara, moriría. Había vida por una mirada de fe.
Jesucristo, el Hijo del Hombre, fue levantado en la cruz, donde murió por nuestros pecados. Aquellos que se vuelven a Él por vida y creen en Él vivirán por siempre en el reino de Dios. Los creyentes nacen de nuevo en el momento que miran a Él.
Algunos cristianos nunca morirán. Jesús vuelve para recibir a los que creen en Él. Serán cambiados en el glorioso encuentro en el aire.
¿Pero qué hay de los que no han nacido de nuevo? Experimentarán la muerte física y la segunda muerte en el lago de fuego. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”. Apocalipsis 20:14. Naces una vez, mueres dos veces, naces dos veces, mueres una vez… tal vez.
Tú debes nacer de nuevo. Las buenas noticias es que puedes nacer de nuevo al creer en el Señor Jesús como tu Salvador. Puedes convertirte en una nueva creación en Cristo.
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