Éxodo 7:1-25
El Faraón sufrió grandemente por el endurecimiento de su corazón, un mal que experimenta mucha gente hoy día. El Señor le dijo a Moisés, “Y yo endureceré el corazón del Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.” Éxodo 7:3. Sí, el Señor endureció el corazón del Faraón. Véase éxodo 9:12; 10:27; 14:4-8, Romanos 9:16-18.
También es verdad que el Faraón endureció su propio corazón. Véase éxodo 8:15-32; 9:34. Algunos versículos dicen simplemente que su corazón se endureció sin asignarle la causa al Señor o a él. Véase éxodo 7:13-22; 8:19; 9:7; 35.
Dios endureció su corazón, y él endureció el suyo.
El corazón del Faraón se endureció cuando escuchó la voz del Señor de parte de Moisés y Aarón. Este fue el resultado de su respuesta testaruda y reacción intencional. El estaba determinado a no dejar ir a los hijos de Israel.
El Señor trajo grandes juicios sobre Egipto en la forma de 10 plagas. Las aguas del rio Nilo se convirtieron en sangre. La tierra fue invadida por ranas, pulgas, y langostas y mosquitos. Todo el ganado de Egipto murió de una pestilencia grave. Las llagas salieron en hombres y bestias. Una sabana de oscuridad cubrió la tierra, una oscuridad que se podía sentir. La última plaga que sufrieron fue la muerte de todos los primogénitos por todo Egipto.
El corazón del Faraón se endureció a través de estas plagas. Incluso después que los hijos de Israel salieron, su corazón todavía estaba endurecido. Los persiguió con todos sus carruajes, caballería y ejército.
Dios es soberano, y siempre está en control. Le dijo a Moisés “tendré misericordia del que tendré misericordia y seré clemente para con el que seré clemente”. Éxodo 33:9; Romanos 9:15. Sin embargo, el Señor no es arbitrario a sus tratos con nosotros. También es verdad que el Faraón era responsable de sus propias acciones.
Hoy día mucha gente no quiere oír de Dios. Si mencionas el nombre de Jesús, incluso mas personas experimentan un endurecimiento del corazón. Que así sea.
Una palabra final “Mirad hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo, antes exhortaos los unos a los otros cada día entre tanto que se dice: Hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. Hebreos 3:12-13
Señor, nos damos cuenta que somos responsables de lo que hacemos. Gracias por tu gracia y compasión. Danos ánimo para compartir las buenas nuevas de tu Hijo. En su nombre, amen.
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