Como manejar el estrés y agotamiento (Ex 18)

Éxodo 18:1-27

No siempre es fácil servir al Señor en una posición de liderazgo. Un buen número de trabajadores cristianos dejan su ministerio al sufrir estrés emocional y agotamiento. Esto se atribuye mayormente al hacer demasiado, cargando una carga más pesada que la que uno puede llevar. Puede haber (comúnmente) otros factores, pero con frecuencia la carga emocional es demasiado grande.

Moisés era un candidato líder para el agotamiento. Tenía que lidiar con amenazas sobre su vida, así como también escuchar continuamente a la murmuración y queja de aquellos que él había sacado de Egipto. Jetro, el suegro de Moisés, trajo a su esposa y dos hijos con él desde Madian. Al siguiente día el observó, “se sentó Moisés a juzgar el pueblo, y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde”. Jetro pregunto, “¿qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tu solo y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?” Moisés respondió, “porque el pueblo viene a mí a consultar a Dios. Cuando tienen asuntos vienen a mí, y yo juzgo entre uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.” Jetro replicó, “No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo tu y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.” ¡Qué verdad!

El suegro de Moisés ofreció este consejo. Primero, “Esta tu por el pueblo delante de Dios; y somete tu los asuntos a Dios”. El es el gran soportador de cargas. Se nos dice echar todas nuestras preocupaciones sobre El, porque El se preocupa por nosotros. 1 Pedro 5:7. Segundo, “Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar y lo que han de hacer.” En otras palabras, enseña por el ejemplo. Si otros supieran las respuestas a sus problemas, no irían a Moisés. Tercero, “además, escoge tu de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia y ponlos sobre el pueblo, por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo”. Elige la gente correcta. Distribuye tu carga, y deja que los otros participen en llevar la carga. Finalmente, “todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño”. Trata con los casos difíciles, y deja que los otros manejen los asuntos más pequeños.

Moisés, el hombre de Dios, siguió el consejo de Jetro. Su carga fue más liviana, porque él la compartió con otros. El ministerio cristiano no es una operación de uno solo. Todos trabajamos juntos con Dios.

Señor, gracias por levantar a hombres y mujeres visionarios, que se dedican a alcanzar a otros. Ayúdanos a darnos cuenta que tienes muchos trabajadores y la tarea no es solo nuestra. En el nombre de Jesús. Amén.

 

 

Translated by:

laura-del-regno

Email